Bienvenidos, amigos lectores, a mi pequeño conglomerado de palabras que pretenden describir lo que siento por uno de los olvidados de cara al premio del juego de año. Pero primero hagamos un flashback.
¿Recordáis cuando salió la Orange Box? Por aquél entonces el Complejo Lambda era aún un proyecto y todo el mundo tenía ganas de catar el segundo episodio de Half-Life 2, de ver cómo Valve había llevado el revamp del primer Team Fortress, y muchos estábamos hypeados con la pinta que tenía Portal. En concreto, éste es el vídeo que me hizo sentir que Portal sería una experiencia muy peculiar, y que a mí me gustaría especialmente.
Y así fue, Portal era un maldito juegazo que superó mis expectativas e hizo llorar de alegría a mi yo friki-científico; además se trató del primer juego que adquirí en Steam, con lo que de algún modo marcó el inicio de una etapa de mi vida gaymer, en la que las rebajas digitales condicionan el dinero disponible para otros fines.
Más de tres años después llegaba Portal 2, rodeado de una colosal cantidad de pistas, paranoias y, en definitiva, un increíble juego de realidad alternativa (¿recordáis las patatas y los juegos indie?) perpetrado por nuestro gordo favorito. Y de qué modo llegaba, señores.
Nada más empezar nos espera una trepidante mezcla entre cinemática y gameplay que se convirtió en uno de los mejores momentos que ha vivido servidor con un videojuego a nivel de espectacularidad. Chell, la protagonista de la primera entrega, se levanta después de años en suspensión y conoce a Wheatley, una esfera de personalidad de GlaDOS que le ayuda a escapar del entramado de habitaciones con sujetos de prueba en el que está, y le conduce hasta la cámara en la que despertábamos en la primera parte, esta vez muy desmejorada y con vegetación creciendo en cada rincón; otro momento mágico, y es que Portal 2 podría ser definido precisamente como una sucesión de eventos mágicos y rompedores, cuyo ritmo de juego nos fuerza a pillarle el truco a las diferentes mecánicas (y sentir una buena cantidad de satisfacción en el proceso), para justo después lanzarnos un nuevo elemento y tener que volver a empezar este proceso. Todas estas mecánicas se entrelazan en la gran cantidad de "salas de prueba" que encontraremos en el juego.
Por si esto fuera poco, Portal 2 incluye un nuevo modo de juego aparte de los ya vistos en la primera parte: un cooperativo a dos en el que si jugamos mientras hablamos con nuestro compañero dará lugar a una buena dosis de risas y de diversión, en parte gracias a las "emociones" que pueden expresar los dos simpáticos robots protagonistas.
En cuanto al apartado técnico soy la persona menos indicada para hablar objetivamente, porque el motor Source me pone los pezones duros; gráficamente me parece bonito, tiene unas físicas geniales y su optimización se acerca a la perfección. Esto es algo que también me pasó con Left 4 Dead 2. La sensación de poder jugar con todo al máximo y Anti Aliasing es a los ojos lo que respirar aire del monte a las fosas nasales.
En cuanto al apartado artístico y la historia, Valve tiene un diez del tamaño dos Gabes Newell. GlaDOS (Ellen McLain), uno de los personajes más carismáticos de la historia de los videojuegos (ya lo era con una sola entrega), se junta con Wheatley, doblado magistralmente en la versión original por Stephen Merchant, y con las hilarantes grabaciones de Cave Johnson (JK Simmons). Y a estos tres fenómenos también hay que sumar las torretas, que protagonizan momentos tan divertidos que en ocasiones nos quedaremos en el sitio esperando a que suelten alguna chorrada más para descojonarnos del todo. Amenizando y acompañando el ambiente nos encontramos con una banda sonora con toques electrónicos y chill out que nos hará sentir en los mismos laboratorios de Aperture.
El aspecto negativo más destacado del juego es su duración, de aproximadamente de diez horas, y que deja con ganas de más. De todos modos, cabe recordar que salió a un precio reducido por Steam y que en las rebajas recientes llegó a costar menos de diez euros, algo irrisorio a pagar sin duda por el conjunto de experiencias que te da este juego. A todo esto, os recomiendo que estéis atentos a las ofertas de navidad de Steam para pillarlo cuando lo rebajen de nuevo.
Por todo esto, aunque objetivamente Skyrim sea el mejor juego del año (cuenta además con la ventaja de haber salido recientemente), Portal 2 está en mi corazoncito y para mí es el mayor SOLD de este año, y de los últimos diez si me apremias.
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